Del fraude oportunista al premeditado u organizado: ¿cómo ha ido evolucionando el fraude a las aseguradoras de autos y otros ramos en España?
Disminuyen los intentos de fraude a las aseguradoras
Los fraudes a las aseguradoras son un problema de larga data que representa un coste considerable. De hecho, muchas veces las entidades aseguradoras se ven obligadas a repercutir ese importe sobre el resto de los clientes, lo cual aumenta las primas de los seguros. La buena noticia es que la tasa de fraude al seguro ha disminuido en España por primera vez en una década.
¿Cuál es la tasa de fraude a las aseguradoras en España?
El índice del fraude al seguro en España se situó en un 1,91 % del total de siniestros en 2021. Se trata de una disminución respecto al año anterior, en el que esa tasa superó el 2,2 %, según reveló Inese.
El fraude a los seguros multirriesgo, como aquellos que cubren el hogar, los comercios, las oficinas y las comunidades representa el 36 % del total de los casos, pero ha registrado una disminución de casi el 14 % respecto a 2020.
En el ramo de los seguros de responsabilidad civil enfocados en el transporte y la industria, el porcentaje de fraudes representa el 13 % del total. En este sector también se ha constatado un ligero descenso, aunque no es representativo.
El fraude a las aseguradoras de autos
Autos sigue siendo el ramo del sector asegurador que acumula el mayor número de fraudes. En 2021 los casos aumentaron un 8 % respecto al año anterior. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que el porcentaje de siniestros fraudulentos declarados en este ramo en comparación con otros sectores del seguro ha ido reduciéndose de manera progresiva pero significativa en la última década.
En lo que respecta al modus operandi, más del 87 % de los casos de fraude a las aseguradoras de autos se deben a supuestos siniestros “ocurridos” durante la circulación del vehículo. Solo un 5 % de los intentos de defraudar al seguro alegaron un supuesto robo.
Sin duda, el impacto de la pandemia ha sido decisivo para reducir los intentos de estafa al seguro. Las restricciones a la movilidad impuestas para controlar el avance de la Covid-19, la popularización del teletrabajo y la disminución de los desplazamientos por carretera ha supuesto un cambio sustancial en el uso del coche. Por consiguiente, el número de siniestros reportados y los casos de fraudes han disminuido en comparación con años de plena movilidad.
El fraude oportunista, premeditado y organizado
En la actualidad, las aseguradoras siguen enfrentándose a tres tipos de fraudes:
Fraude oportunista.
Este tipo de fraude supone el 55 % de todos los casos que afectan a las aseguradoras y suponen un coste medio de 600 euros. De hecho, la mayoría de los fraudes a las aseguradoras de autos entran en esta categoría. En este caso, la persona aprovecha un siniestro real para notificar daños que existían con anterioridad, haciéndolos pasar como consecuencia del accidente actual.
Fraude premeditado.
En este tipo de fraude los daños que reclama la persona pueden ser ficticios o autoprovocados, pero han sido planificados con antelación. Estos intentos de estafa representan el 42 % del total de fraudes a las aseguradoras y su importe medio supera los 3.000 euros. Curiosamente, el segmento multirriesgo es el más común para llevar a cabo un fraude premeditado.
Fraude organizado.
Es el tipo de fraude más peligroso ya que se lleva a cabo por parte de bandas organizadas que intentan defraudar a las aseguradoras. Aunque en España el número de tramas delictivas ha disminuido, las que han sobrevivido se han vuelto más activas, de manera que este tipo de fraudes a las aseguradoras ha aumentado un 89 % respecto al año 2020.
La tecnología como herramienta para detectar el fraude al seguro
Los avances tecnológicos se han convertido en grandes aliados de las entidades aseguradoras para detectar los siniestros fraudulentos. Hace una década, las capacidades digitales tan solo permitían detectar el 5 % de los fraudes, pero el año pasado fueron un factor decisivo en el 25 % de los casos. Los medios digitales disponibles también han reducido el tiempo medio de investigación de un caso de fraude pasando de 45 días en 2012 a 30 días en 2021.
Las compañías aseguradoras cuentan con programas cada vez más complejos que les permiten analizar de manera masiva los datos para detectar patrones y determinar si la reclamación y los hechos se corresponden con la simulación. En los próximos años, la inclusión de tecnologías como la Inteligencia Artificial o el Gemelo Digital les permitirán detectar con mayor precisión las reclamaciones estadísticamente inconsistentes para examinarlas con mayor detenimiento.
En sentido general, se calcula que los pagos evitados por haber detectado el fraude representaron un ahorro del 27 % en los seguros de responsabilidad civil y del 19 % en las pólizas de accidentes. En los ramos con mayor penetración en el mercado, ese ahorro para los clientes fue del 6 % en los seguros de hogar y un 4 % en las pólizas de coche. Por consiguiente, perfeccionar los métodos de detección del fraude implica una ventaja para todos, aseguradoras y asegurados.